Nombre: Falling for Hadie
Autor: Komal Kant
Paginas: 316
Sinopsis
Huyendo de su antigua vida en la ciudad de Nueva York, Lincoln Bracks termina en el pequeño pueblo de Statlen, Iowa. No está interesado en hacer amigos o llegar a conocer a alguien. Sólo quiere mantener su cabeza baja y desaparecer entre la multitud. Ese era el plan de todos modos, hasta que conoce a Hadie Swinton. Curando un corazón roto y la realización de que el chico al que ha amado su vida entera no es el Príncipe Encantador, Hadie se promete nunca enamorarse del mismo tipo de chico otra vez. Pero cuando el chico nuevo, Lincoln, llega al pueblo, descubre que es más fácil decirlo que hacerlo. Hadie asume que Lincoln es un típico arrogante deportista ―él es de buen ver, confiado y encantador― pero cuando no hace nada de lo que ella espera de él, está intrigada por él contra su mejor juicio. Hay definitivamente más de Lincoln que sólo una cara bonita, pero Lincoln está escondiendo algo que no quiere que nadie descubra porque cuando lo hagan, nunca lo mirarán igual otra vez.Enamorarse era la última cosa que Lincoln quería hacer, así que, ¿cómo se convencerá a sí mismo de salir de eso?
Es la historia de Hadie, una chica que vive en un pueblito a las afuera de la ciudad (de esos que no suceden muchas cosas asombrosas). Todo comienza con la llegada de dos mellizos, uno Lincoln y Becky, Hadie tiene que ser guia de Lincoln en la escuela, un chico que tiene pinte de odioso y engreido. Pero pronto ella comprende que a pesar de lo que puede aparentar, Lincoln no es el típico deportista engreído, sino alguien que trata de conocerla y hacer que lo conozca. Y claro, pasa lo que pasa, y acaba completa e irremediablemente enamorada de él. El problema surge cuando él siente lo mismo, pero se niega a entablar una relación con ella... ¿Por qué?

Lo único que espero ahora es saber la historia de Eddie uno de los personajes secundario de este libro que cumple un papel fundamental y que se robo parte de mi corazón la otra mitad sera de Lincoln para siempre.
"La vida pasa. Si nos quedáramos sentados tratando de averiguar por qué suceden las cosas entonces no llegaríamos a ninguna parte. A veces es mejor aceptar lo que sucede y seguir adelante. Darle a la vida el dedo medio y decirle “Vete a la mierda. No voy a ceder a tus juegos”.
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